lunes, 21 de febrero de 2011

El fin de la Eternidad

Harlan no contaba con usar más de dos de aquellos 110 minutos. Ajustó su generador de campo de pulsera y se rodeó de un aura de fisio-tiempo (una emanación, como si dijéramos, de la Eternidad) para protegerse de cualquier efecto del Cambio de Realidad, y dio un paso hacia la pared. Tomó un pequeño envase de su lugar en el estante y lo colocó en otro lugar, previamente seleccionado, en el estante inferior.
Hecho el cambio, volvió a entrar en la Eternidad de una forma que le pareció tan prosaica como atravesar una puerta. Si un Temporal hubiera estado observando a Harlan, sencillamente le habría visto desaparecer.
El pequeño envase continuó donde lo había colocado. No jugaba un papel inmediato en la historia del Mundo. Una mano humana, horas más tarde, se dirigió a buscarlo, pero no lo encontró. Una investigación consiguió localizarlo media hora más tarde, pero, entretanto una máquina se había detenido por falta de combustible contenido en aquel envase, y otro hombre se había irritado por aquella detención. Una decisión que no habría tomado en la anterior Realidad, ahora fue tomada sin vacilar. Un encuentro no tuvo lugar; un hombre que habría muerto, vivió un año más, bajo otras circunstancias; otro que habría vivido, murió mucho antes.
Como una piedra arrojada a un estanque, la Ejecución fue extendiendo sus efectos y alcanzó el máximo en el Siglo 2481, a veinticinco Siglos de la Ejecución. La intensidad del Cambio de Realidad declinó a partir de aquel punto. Los teóricos decían que los efectos del Cambio se extendían hasta el infinito en el hipertiempo, sin llegar nunca a cero, pero que a cincuenta Siglos de distancia de la Ejecución el Cambio se hacía demasiado pequeño para ser observado ni aun por los mejores Programadores, y que allí alcanzaba su límite práctico.
Ningún ser humano en el Tiempo pudo advertir que se hubiera producido un Cambio. La mente cambiaba al igual que la materia, y sólo los Eternos permanecían en el exterior para ser testigos del Cambio.
[…]
Mecido por la armonía del sonido, Harlan contempló a Noys y sus pensamientos se fijaron en ella. ¿En qué se convertiría, en la nueva Realidad? ¿En una pescadera o en una obrera de fábrica, o quizás en la madre de seis hijos, fea, gorda y enferma? Como quiera que fuese, ella nunca recordaría a Harlan. En la nueva Realidad él ya no formaría parte de su vida. Y en cualquier caso, ya no sería la misma Noys.
No estaba simplemente enamorado de una muchacha (Cosa extraña, Harlan usó por primera vez en sus pensamientos la palabra “enamorado”, sin detenerse a reflexionar siquiera sobre su significado.) Estaba enamorado de un conjunto de factores; su modo de vestir, de andar, de hablar, sus frases y sus gestos. Un cuarto de siglo de vida y de experiencia en la Realidad actual habían sido necesarios para llegar a formar todo aquello. Ella no fue la Noys que él amaba en la anterior Realidad de un fisio-año antes. Y tampoco sería la Noys que él amaba una vez inducida la próxima Realidad.
La nueva Noys posiblemente fuera mejor en algún sentido, pero Harlan estaba seguro de una cosa. Él quería a aquella Noys, la que podía ver en aquel momento, la que vivía en esta Realidad. Si tenía defectos, también amaba esos defectos.
[…]
La serena voz del Analista resonó como una sentencia.
- Esta mujer no existe en la nueva Realidad proyectada. No hay cambio de personalidad. Simplemente desaparece, eso es todo. He estudiado todas las alternativas hasta una probabilidad de una diezmilésima. No aparece en ninguna de ellas. En realidad – Ferruque alargó sus largos y huesudos dedos para frotarse la barbilla-, con la combinación de factores que me ha dado, no acabo de comprender cómo puede existir en la Realidad actual.
Harlan a duras penas pudo murmurar:
- Pero… si el Cambio proyectado es casi insignificante…
- Ya lo sé, Es una rara combinación de factores.

"El fin de la Eternidad" - Isaac Asimov

Cualquier pequeño acto puede cambiar tu vida de una manera radical. Si te paras a pensar, ocurre contínuamente, todos los días, en el momento menos pensado, al equivocarte en un número, al elegir el destino de una beca, al dejar un comentario en un blog, a veces simplemente al salir un día a la calle en vez de quedarte en casa... Estos son ejemplos de los "Cambios de Realidad" que me han pasado, ¿y a tí, qué pequeños actos te han cambiado la vida?

domingo, 13 de febrero de 2011

De Imbolc a la Luna Llena de la Nieve

El Hibridario empieza una nueva etapa :)


Y lo reinaguro con la primera ilustración que hago íntegramente en Photoshop. El nuevo Hibridario deja de ser un blog de manualidades para convertirse en un blog ecléctico, en el que postearé desde citas literarias, fotografías a lo "inspiration board" a  reflexiones sobre los más diversos temas, ilustraciones y microrelatos. Y también habrá manualidades, no puedo (o no quiero) evitarlo xD

¡Bienvenidos!